El ballet como disciplina requiere que su práctica sea generada como mínimo tres veces a la semana, sin embargo sabemos que muchas veces las múltiples ocupaciones de la vida nos limitan el tiempo, no obstante el tiempo que se le dedica a las artes es muy valioso y su conocimiento es constante, progresivo y va aumentando según la rigurosidad con la que yo estudie y practique, por eso se le llama disciplina.

El ballet hace uso de la totalidad del cuerpo humano y por eso su postura es de vital importancia, desde aprenderse a parar, mantenerse erguido y con la mirada al frente, nos ayuda a identificar cada parte del cuerpo y saber qué tipo de movimiento se puede generar para mantener un equilibrio corporal.

A medida que practicamos y le exigimos al cuerpo nuevas posturas, este va a generar cambios, cambios que tal vez puedan generar alguna molestia corporal, ya que estamos realizando fuerzas diferentes en nuestro cuerpo, esto indica que vamos avanzando poco a poco ya que su aprendizaje o sus resultados no son inmediatos; entre más tiempo dediques a entrenar y a mejorar la postura obtendrás resultados satisfactorios en tu corporalidad; tu flexibilidad aumentara, tendrás una identificación y postura corporal, mantendrás un equilibrio, tendrás una memoria coreográfica amplia, mejorara tu estado físico y generaras en tu cuerpo un gozo al saber que si se puede avanzar y mejorar .

Es importante también saber que según la edad de la niña podremos exigirle para obtener mayores resultados en su aprendizaje del ballet, si la niña esta entre los 3 y 6 años es necesario trabajar bastante motricidad corporal, identificar su cuerpo y sus partes, trabajar una postura corporal, un buen caminar y un movimiento articular en sus extremidades, ya a partir de los 7 años puedo exigir un poco más, su entrega y su estudio debe ser riguroso llevando a que la niña obtenga una flexibilidad total, una disociación de pasos, una memoria coreográfica y una ejecución de pasos limpios y adecuados según la línea musical que se interprete.