Al llegar el día de nuestra muestra final todo es alegría, aplausos, sonrisas, felicitaciones, y no es para menos, es el resultado de meses de trabajo y es la prueba de todo lo que un niño motivado por el arte puede lograr. Sin embargo, puede que muchos de ustedes se hayan detenido a pensar cómo se llega hasta allí, como se logra motivar a todos los niños para participar, qué pasa al interior de las clases para que niños de tres y cuatro años se enfrenten a un escenario con decisión.
La muestra y el desempeño de cada niño en ella es la mezcla de muchos factores que se tienen su punto de encuentro en el cumplimento de la responsabilidad de cada uno de los que participamos en este proceso.
Cada año a través de un proceso de selección de diferentes propuestas que inicia con mucho tiempo de anticipación, el equipo docente de todas las areas de la academia elige una temática para la muestra que sea del interés de los niños, visualmente interesante y que nos ofrezca un amplio panorama sonoro para la elaboración de coreografías, una vez elegido el tema, el equipo docente y directivo se da a la tarea de construir o adaptar el guion según sea el caso, elegir los temas musicales y los primeros bocetos de vestuario. Con todo esto claro, pero en permanente evaluación, se inicia el trabajo de creación con las niñas. En el caso de la clase de ballet, iniciamos con un proceso de sensibilización alrededor del tema, recurriendo a imaginarios que evoquen en las niñas imágenes y sensaciones que las lleven a situarse en el universo sobre el cual trabajaremos. ¿qué es un circo? ¿quién ha ido a un circo? ¿qué personajes encontramos allí? ¿qué colores vienen a la cabeza cuando pensamos en un circo? Posteriormente nos adentramos en la música, ¿Qué tipo de música es? ¿a qué nos suena? ¿qué instrumentos tiene? ¿es rápida o lenta?, exploramos los movimientos y sensaciones que esta provoca en los cuerpos y las formas de moverse que puede generar. Una vez pasado el proceso de sensibilización y exploración alrededor de la temática, entramos en el proceso de montaje, llega el rigor de reconocer un lugar en el espacio, aprender una coreografía, interactuar con las compañeras y asumir una responsabilidad dentro del grupo, es allí donde viene algo muy importante.
Durante el montaje, las niñas reconocen la importancia que tienen dentro de un proceso colectivo y dependiendo de su edad, cada una lo asume de forma distinta, pero hay un aporte fundamental para llevar a cabo esta tarea, el compromiso y apoyo de los padres. Acciones básicas como asistir a la mayor cantidad de clases posibles, llegar temprano y asistir con los implementos adecuados pueden hacer la diferencia. También es posible ir mas allá, cuestionar a las niñas sobre lo que hacen en clase motivándolas a compartir su experiencia y practicar en casa, son puntos extra que las llenan de confianza y hacen que cada una de sus clases-ensayo sean una experiencia positiva.
Acercándonos al momento de la muestra, es fundamental que todas nuestras acciones se intensifiquen si queremos que nuestras niñas disfruten de una gran experiencia. Es importante minimizar las fallas, intensificar la práctica y motivación en casa y estar atentos a cada uno de los detalles e instrucciones de la academia para que no se escape ningún detalle, el peinado, el uso correcto del vestuario, el maquillaje, son detalles que complementaran y exaltarán el trabajo hecho en clase.
¡Papás y Mamás, Hagamos juntos de esta muestra la mejor experiencia!
