Dentro del marco de la educación de los niños y jóvenes la danza cumple un lugar muy importante, ya que constituye una memoria y una construcción personal, siendo un espacio que prepara a cada niño

Un bunde, un pasillo, un fandango y un buen joropo no son solo los nombres de una danza, sino una historia de años de cultura y diversidad.
La danza folclórica es una de las muestras culturales más valiosas que existen y es fundamental que los niños desde muy pequeños conozcan y se apropien de ella ya que hace parte del legado que ha pasado y pasará de generación en generación.
Dentro del marco de la educación de los niños y jóvenes la danza cumple un lugar muy importante, ya que constituye una memoria y una construcción personal, siendo un espacio que prepara a cada niño al reconocimiento de su identidad y del movimiento dándole una libertad de tener el sentido de pertenencia de un significado y de construir un discurso sobre el país y sus diversas regiones en este caso; Colombia.

En cada clase los niños tienen la oportunidad de viajar por el mundo conociendo la cultura, la música, los vestuarios, las formas de comunicación y la expresividad de la gente al danzar, comprenden el por qué el para qué y el cómo de cada una de estas representaciones dancísticas, las cuales tienen una intencionalidad como lo son las de carnaval, las de cosecha, las amorosas entre otras
Es la oportunidad de evidenciar como familia la cultura de nuestro país; disfrutar del mar que trae en sus olas las gaitas y los abozaos, de recordar a nuestros campesinos con sus guabinas y torbellinos, divisar nuestros llanos con sus pasajes, entreveraos y Pajarillos y viajar a lo más profundo de nuestra amazonia donde encontramos a nuestros indígenas que hoy en día todavía siguen danzando a la luna, a las estrellas y a la vida.

Author: Eva Mayorga | Maestra Titular área Danza Folclórica