Las artes plásticas son un gran motor para crear, imaginar y plasmar; En ellas encontramos la esencia del dibujo, la pintura y la escultura, las cuales son la vida creadora de la formación integral del niño.
El objetivo fundamental de las artes plásticas es permitir a los niños expresar sus propias experiencias, su propio mundo y su propio yo.
Sensibilizar la creación de obra como artistas en potencia al mundo que los rodea como niños y como ser.
En las artes plásticas se plasma las bellas experiencias artísticas que tiene el niño al utilizar diferentes materiales, de ésta manera el niño se sensibiliza al explorar nuevas técnicas que motiven su dimensión sensorial.
La comunicación y la expresión creadora, en este sentido, es importante comprender que en las artes plásticas, las bellas artes y las artes visuales no existe una obra bella o fea sino que la obra misma se manifiesta como una obra interesante.
Es entonces cuando el niño desarrolla sus propias habilidades y dones para ser un artista de sueños y realidades, de emociones y sensaciones un comunicador de imágenes, un creador de su propio lenguaje visual, en otras palabras un buscador de su propia identidad artística.
Con todo lo anterior se puede evidenciar como las artes plásticas fortalecen al niño en un sentido integral desarrollando no solo habilidades creativas y motoras sino también espaciales, comunicativas y emocionales, que le permiten construir sus propios conceptos sobre el mundo, sobre lo que lo rodea y tejer experiencias que lo hagan crecer en su humanidad.
Así mismo, el uso de diferentes técnicas como dibujo, modelado, pintura, entre otras materiales y la exploración de espacios y formas lo llevan a plasmar sus experiencias, en especial, cotidianas que le dan un nuevo sentido a su perspectiva sobre la vida misma. Este conocimiento básico que tienen los niños sobre las artes plásticas los lleva, en medio de su exploración a identificar otros elementos que comprender una composición y estructurar sus cualidades para construir nuevas figuras.
Por otro lado, es fundamental destacar la importancia de generar espacios de aprendizaje y construcción libres, en donde el niño se sienta en completa autonomía de elaborar y componer nuevas obras.
Estos espacios para la exploración del arte, deben ser amenos, divertidos y significativos de manera que motiven al niño a desarrollar su don de la forma más espontánea y natural posible.
En este sentido, el arte no es una imposición del adulto para el niño sino que por el contrario este primero se convierte en un facilitador del espacio, los materiales y la orientación de la técnica para que el niño logre sus propias construcciones.
Para finalizar, las artes plásticas se convierten entonces la parte fundamental del desarrollo de un niño en la medida en que le permiten expresar ideas, sentimientos, emociones y pensamientos al tiempo que lo desarrolla en otras dimensiones de su ser; el arte se convierte en una manera de comunicarse con los otros y darle respuestas al mundo que los rodea para construir sus propios conceptos del mismo. Cada técnica, cada forma y cada producción tiene el sello personal que le imprime la individualidad del niño que las realiza y en ese sentido se convierten en una obra interesante para ser compartida.